La creciente influencia de China en América Latina ha reconfigurado el panorama económico y político de la región, generando desafíos para Estados Unidos y revelando una visión sesgada dentro de la academia china sobre la relación bilateral.
Expertos destacan el impacto del financiamiento chino en el desarrollo regional, pero advierten sobre los riesgos de dependencia económica y la falta de integración de la mano de obra local.